Amante de la belleza implícita en la geometría y el orden, Gabriela Batista (GaBa) vuelca, desde muy joven, un impulso espontaneo hacia el dibujo y la diagramación de formas y espacios. Por ello, consideró consecuente orientar esos aspectos de su personalidad hacia los sistemas informáticos; pero al finalizar la carrera de Ingeniería en Sistemas, tomó la determinación de trasladar el objeto de sus pasiones hacia la pintura y la escultura. En busca de una orientación académica formal concluye la licenciatura en Bellas Artes en la Universidad Ganexa de Panamá, para luego especializarse en el Art Student League de Manhattan, haciendo de su segunda carrera su principal proyecto de vida, orientado en sus inicios hacia un evidente compromiso con la preservación de la naturaleza.
Estas preocupaciones germinales, encontraron en la representación de animales sobre parajes controlados por alambrados y cerca reticulares, un llamado de alerta en cuanto a la relación de la humanidad con su entorno. Al poco tiempo, la geometría ortogonal de aquellas mallas de ciclón impuestas por el ser humano se reitera formando parte del propio paisaje, ahora a través de la parcelación de sembradíos de cañas, enfatizando de ellos su esencia geométrica. Esta coyuntura en la obra de la artista, genera una inflexión que va a impactar fuertemente en la formación de su lenguaje personal, geométrico pero dinámico, que le va a permitir cruzar de lo abstracto , a lo figurativo e incluso a lo conceptual.
Es bajo este contexto que surgen sus paradigmáticos GaBa Codes, una serie de acrílicos geométricos de colores puros distribuidos dentro del campo compositivo, de manera tal que constituían un Código QR (QR Code), elevando el nivel conceptual de su trabajo desde la interacción digital. Este trabajo no solo refleja la gran admiración de la artista hacia las vanguardias de inicios del siglo XX (en especial el neoplasticismo, el estructuralismo y la abstracción lírica), sino además su propia historia y vinculación con la informática.
Emprendedora e inquieta, retoma su entusiasmo por la experimentación de las relaciones espaciales, y sus códigos adquieren una equilibrada tridimensionalidad en esculturas que produce en el taller de Carlos Cruz Diez, invitada por el propio Maestro. De esta búsqueda surgirán dos de sus obras más emblemáticas, el Arco del Sur (2012), instalado en una rotonda próxima al acceso de Panamá Viejo como preámbulo a la celebración en 2013 del quinto centenario del avistamiento de Mar del Sur por Vasco Núñez de Balboa, y Helenor, una mariposa de grandes dimensiones, simplificada desde la abstracción geométrica de GaBa, y que emula a la especie Morpho helenor, para rendir homenaje a esta especie popular en Panamá al hacer referencia a la teoría toponímica de Panamá como abundancia de mariposas en lengua prehispánica. Esta magnífica escultura se encuentra en el Gran Parque de Seúl, en Corea del Sur.
Posteriormente, va a incorporar la descomposición de elementos figurativos en trazos geométricos a su técnica de construcción de la imagen, generando un discurso visual que ella autodenomina gabático, del que va a servirse para acercar el arte figurativo a su esencia abstracta. Así, descubre en el paisaje urbano y en las fachadas de edificios emblemáticos de la ciudad de Panamá, modelos lineales sobre los cuales experimentar. El resultado recuerda el proceso de abstracción inherente al dibujo arquitectónico, pero destacando con líneas rectas y múltiples planos de colores puros los elementos de profundidad del escenario urbano, al igual que las tonalidades del cielo y del mar.
Tanto en sus vistas panorámicas frontales, como en sus perspectivas de conjunto, lo más importante no es el objeto representado ni la exactitud en su representación. El valor principal de estos paisajes urbanos radica en una sinopsis visual de los elementos reconocibles, para desde su pureza geométrica y de una síntesis cromática, esbozar una paradójica visión abstracta de la realidad concreta.
Sobre esa congruencia en apariencia incompatible, pero evidentemente real, es que GaBa ha venido realizando sus obras más recientes, las cuales continúan la tradición paisajística del Panamá moderno, como lo ejemplifican sus escenas marinas asociadas a la bahía de Panamá. En estas interpretaciones, acentúa la descomposición geométrica de los elementos principales al elevar los horizontes, permitiendo que los tonos del mar carguen el peso de la obra, mientras que los fondos montañosos recuerdan desde su verdor, aquellas parcelas de las primeras series de la artista.
Recientemente, su abanico temático sigue aumentando, con su última colección, Paisajes Gabáticos, enmarcada en los 500 años de la ciudad de Panamá, donde se suscriben a sus proyectos escenas de parajes románticos en los que arboledas, arquitectura, celajes y montañas se integran, y como en un monitor, sus componentes cuentan sus matices y formas, desde el abecé pictórico de esta radiante, sincera y cautivadora artista.
Curador Reinier Rodríguez
Panamá, Ciudad de Panamá